El filósofo
Conozco a un hombre
que es todas las lágrimas y todos los consuelos,
y ése escucha sin descanso el latido de las cosas,
y rema todavía allí donde tú ya abandonaste.
Hoy dialoga con la piedra,
mañana duerme con la luna,
y en día de fiesta
baila satisfecho bajo las estrellas.
Todo hombre quiso siempre
ser éste espíritu sin carne,
sin alma, sin rostro.
Ser la ausencia y el silencio,
la unificación de todo cuerpo
y toda vida,
aún por unas horas,
el negro corazón del universo.
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