El instante
Quien ha visto al niño
Convertirse en una piedra,
Y al río de la vida
Amanecer lento entre la muerte,
Nada ya le queda por soñar
Que no pertenezca
A ese dulce mediodía en los ojos
Del anciano,
A esa tregua de luz que se le impone,
En el instante supremo,
Con la blanca oquedad de la locura.
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